Las mujeres en
la antigüedad, no eran muy valoradas, por lo que solo servían para las tareas
de la casa, cuidar sus hijos y poco más. Cuando trabajaban, si es que algunas
podían, cobraban muchísimo menos que los hombres, con las mismas horas y el
mismo esfuerzo o incluso echando más horas que los hombres, tenían el mismo
salario.
El 8 de marzo de 1857 (Día Internacional de la Mujer) muchas trabajadoras pusieron denuncias por las explotaciones laborales a las que estaban sometidas.
El movimiento internacional
por la reivindicación del derecho al sufragio femenino es alentado y
desarrollado por las mujeres sufragistas. Es un movimiento reformista social,
económico y político que promovía la extensión del sufragio (el derecho
a votar) a las mujeres, abogando inicialmente por el «sufragio igual»
(abolición de la diferencia de capacidad de votación por género) en lugar del
actual «sufragio universal» (abolición de la discriminación debida
principalmente a la raza), ya que este último, en los comienzos de la
reivindicación del sufragio femenino fue considerado demasiado revolucionario.
Votos para la Mujer banderín de la colección
del Museo de los Niños de Indianápolis
Las sufragistas son miembros
de diferentes asociaciones con el mismo objetivo, pero usando diferentes
tácticas; por ejemplo, las sufragistas británicas se caracterizaban por un tipo
de defensa más combativa. Algunas sufragistas destacadas fueron Emily
Davison, Carmen Karr entre otras. En 1904 se fundó en
Berlín por Carrie Chapman Catt, Millicent
Fawcett y otras feministas la Alianza Internacional de
Mujeres que reivindicaba el sufragio femenino. En otros países el sufragio
femenino se logró desde las instituciones del estado mediante leyes que fueron
impulsadas directamente por mujeres en la política como el caso de España con Clara
Campoamor, Argentina con Alicia Moreau de
Justo y Eva Duarte de Perón o México con Elvia
Carrillo Puerto.
Los principales objetivos
del movimiento feminista siguieron y siguen siendo los mismos: la
incorporación de la mujer al trabajo durante la I Guerra Mundial, derecho de
voto, la mejora de la educación, la capacitación profesional y la apertura de
nuevos horizontes laborales, la equiparación de sexos en la familia como medio
de evitar la subordinación de la mujer y la doble moral sexual. La gran novedad
vino de la amplia movilización colectiva que supo dirigir el movimiento
sufragista en determinados países.
Cronología histórica de la aprobación del
voto femenino
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En 1776 en Nueva
Jersey se autorizó accidentalmente el primer sufragio femenino (se usó la
palabra «personas» en vez de «hombres»), pero se abolió en 1807.
·
En 1838 se
aprobó el sufragio femenino (con las mismas características propias que el
masculino) en las islas Pitcairn (territorio británico de ultramar).
·
En la segunda
mitad del siglo XIX, varios países y estados reconocieron un tipo de
sufragio femenino restringido empezando por Australia del
Sur en 1861.
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En 1869, el
Territorio de Wyoming se convirtió en el primer estado de
EE. UU. donde se instauró el «sufragio igual» (sin diferencias de género)
aunque no el sufragio universal (no podían votar hombres ni mujeres de piel
oscura).
·
En 1893 se
aprobó en Nueva Zelanda el primer sufragio femenino sin
restricciones, gracias al movimiento liderado por Kate Sheppard. De todos
modos a las mujeres sólo se les permitía votar pero no presentarse a
elecciones. Las boletas femeninas de votación se adoptaron apenas semanas antes
de las elecciones generales. Solo desde 1919 las neozelandesas obtuvieron el
derecho a ser elegidas para un cargo político.
·
El primer estado
en ofrecer el sufragio universal (y también permitir a las mujeres presentarse
a elecciones para el parlamento) fue Australia del Sur en 1902 (según
otros en 1894) y Tasmania en 1903.
·
En Europa las
mujeres pudieron ejercer su derecho a voto por primera vez
en Finlandia (entonces una región del Imperio Ruso), en 1907,
llegando a ocupar incluso escaños en el parlamento (primer caso en el mundo).
Le siguieron pocos años después Noruega y Suecia.
·
En 1920 se
aprueba la Decimonovena Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos,
que estipula que ni los estados de los Estados Unidos de América ni el gobierno
federal puede denegarle a un ciudadano el derecho de voto a causa de su sexo.
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En 1927 Uruguay fue
el primer país en Sudamérica en aprobar el sufragio femenino, el cual
fue emitido por primera vez el 3 de julio de 1927 en
el Plebiscito de Cerro Chato.5
·
En 1931 fue
reconocido en España el derecho al voto de las mujeres en
la Constitución de 1931, y la primera vez que pudieron ejercer ese derecho
fue en las elecciones generales de noviembre de 1933. La dictadura de
Franco anuló las elecciones libres y con ello, obviamente, tanto el
sufragio masculino como el femenino. Posteriormente restauró ambos y así en el
referéndum de 1966 se indicó que eran electores «todos los ciudadanos españoles
mayores de veintiún años, sin distinción de sexo». Posteriormente
en las elecciones para lo que llamaron «representación familiar en las cortes»
se señalaba en el artículo cuarto de la convocatoria que «son electores los
cabezas de familia y mujeres casadas». Los votos libres tanto femenino como
masculino se volvieron a ejercer en 1976 durante la Transición Española.